Postura terapéutica
Entrevista a Conrado Grandville, responsable de la sede española.




Pregunta:
Conrado, ¿tienes algún modelo o personaje con el que identificas tu trabajo psicoterapéutico?

Conrado:
Mi intención es que nuestro trabajo psicoterapéutico pueda identificarse en la realidad con la conocida parábola del "Buen Samaritano" que se encuentra en el Evangelio según San Lucas cap. 10 vers. 25-37.

Pregunta:
¿Qué trata específicamente este episodio?

Conrado:
Este relato narra la historia de un hombre que se metió sólo por un camino peligroso. En un determinado momento, dice el relato, que le salieron al encuentro unos ladrones. Estos bandidos lo despojaron completamente y además lo hirieron dejándole como medio muerto a un costado del camino. El relato continúa diciendo que muchas personas importantes y religiosas pasaron a su lado, pero nadie le brindó ayuda. Al final termina la historia diciendo que es un extranjero quien le ayudó. Este forastero se detiene, cura sus heridas con aceite y vino, las venda, lo carga en su cabalgadura y lo lleva a un mesón.

Pregunta:
¿Por qué citas un ejemplo tomado del Evangelio, eres religioso?

Conrado:
No soy religioso en el sentido de "beato" o de sentirme algo especial, espiritual, superior, moralista, por el contrario, respondiendo nuevamente con el Evangelio, me identifico con la Bienaventuranza que dice: Bienaventurados los pobres en espíritu..." gracias a Dios he llegado a reconocer mi pobreza, mi fragilidad, mi naturaleza imperfecta, mis limitaciones y que mi vida pende de un finisimo hilo... Creo en Dios y busco de vivir para lo que El me ha creado, pero soy un hombre normal y corriente que está de paso por ese siglo XX.

Pregunta:
¿En qué se basa tu identificación y paralelo de tu trabajo psicoterapéutico con este relato de Jesús sobre el buen samaritano?

Conrado:
Yo entiendo que esta historia contiene aspectos cristianos y humanitarios muy profundos y también aspectos terapéuticos teóricos y prácticos. Por ejemplo:
- Aceptar a los demás y amarles como son.
- Ante el dolor del que sufre no ser ser moralistas, legalistas, filósofos o teólogos.
- Ofrecer ayuda práctica, real y directa.
- Presenta la acción de "cargar" al caído/da, al fracturado/a, de llevarle y acompañarle en su dolor, de estar a su lado. (El apoyo emocional).
- Habla de tener misericordia, comprensión y de ofrecer ayuda al que sufre aunque sea culpable por el estado dramático en que se encuentra.

Comentario:
Esto que dices es todo lo contrario de "echarle sal" a las heridas o de destrozar más al caído/a con juicios, criticas, censuras y reproches.

Conrado:
Es una triste realidad, pero vivimos en un mundo donde nos censuramos, criticamos, reprochamos y despreciamos los unos a los otros sin piedad. Muchas personas que vienen a mi consulta, aun de ambientes que se dicen ser cristianos, se encuentran más destrozadas por las críticas, por la falta de comprensión, por la postura legalista y moralista que por sus propias problemáticas.

Pregunta:
Todo lo que has dicho sobre el relato del "Buen Samaritano" es muy simbólico, pues esta historia habla de ayudar y curar al herido/da físicamente. ¿Cómo aplicas esto a la terapia psíquica o emocional?

Conrado:
Este ejemplo o episodio se puede aplicar también a las "heridas y fracturas psíquicas o emocionales". Las personas sufrimos psíquica y emocionalmente, no solo fisicamente y en muchos casos las dolencias psíquicas suelen terminar enfermando el cuerpo. Todos los seres humanos necesitamos ser aceptados como somos, valorados, comprendidos y respetados. También a los/las que sufren psíquica o emocionalmente debemos "cargarles" y brindarles la ayuda necesaria e idónea, sean o no responsables por la situación que se encuentran atravesando.

Pregunta:
¿Qué sentido tiene el aceite, el vino y el vendar las heridas?

Conrado:
El aceite y el vino eran las medicinas caseras de aquellos tiempos. El aceite (en general de oliva) era usado como suavizante y el vino (alcohol) como desinfectante y antiséptico. El vendaje era para protejer las heridas del polvo e infecciones. Estos elementos se podrían comparar con nuestras herramientas y postura terapéutica. Como dije antes, la acción de "echar aceite" sobre las heridas psíquicas o emocionales, se podría comparar con la postura personal suavizante, sensible y calmante del/de la psicoterapéuta escuchando, comprendiendo y aceptando al "herido/a" que tiene delante. El vino puede representar el método psicoterapéutico curativo, las técnicas, métodos, confrontaciones con la realidad, ejercicios, tests. El vendaje podría verse como el aspecto profoláctico, preventivo y de apoyo psíquico-emocional con miras al futuro en el proceso curativo.

Pregunta:
Después de la curación quedan las cicatrices. ¿Es así en el aspecto psíquico?

Conrado:
Sí, ésta es la huella, la consecuencia que queda, el recuerdo, pero ya dejó de ser la herida abierta, sangrante y doliente que puede incluso infectarse. Ya no produce dolor. Naturalmente cuando nos miramos la cicatriz nos recuerda aquel determinado acontecimiento. Es inevitable no recordar. No podemos "borrar" de la mente nuestro pasado, pero éste puede ayudarnos a comenzar de nuevo y de otra manera. Un aspecto muy importante para producir "cicatrices psíquicas bien curadas" y que poco se noten, es la práctica del perdón. El perdón, el perdonar a quien hemos herido o a quien nos ha herido tiene un gran poder "cicatrizante" en las heridas profundas del alma. El perdón da un nuevo amanecer, un nuevo comenzar, es la misericordia de ofrecer una nueva oportunidad al herido, de olvidar, es la acción de animarle a levantarse de nuevo... no importa si él o ella son los culpables o no por la crisis que están pasando.

Pregunta:
¿Cuál es la causa por la que la mayoría de las personas sufren?

Conrado:
Detesto generalizar o hacer juicios ligeros pero por mi experiencia psicoterapéutica puedo decir que muchas personas sufren porque viven con el miedo de aceptarse como son. En otras palabras, es el miedo "de ser lo que se es de verdad". El drama que vivimos, es la mentira de querer aparentar lo que no somos y de no reconocer conscientemente nuestra realidad. Por eso Jesús dijo: bienaventurados (dichosos, felices) los pobres en espíritu... Pobres, es decir, los que son conscientes de su fragilidad, pobreza, realidad y limitaciones.

Pregunta:
¿Es fácil encontrar "buenos samaritanos"?

Conrado:
Todos en esta vida, quien más o quien menos, nos metimos, como el hombre del relato, por caminos peligrosos a sabiendas, por error o por desconocimiento o fuimos heridos, maltratados. En ciertas situaciones hemos sido nosotros/as mismos/as los responsables de nuestros problemas y dolores y otras veces éstos fueron la consecuencia "normal" de la vida. A veces las consecuencias son caras... y de larga duración y se sufre mucho... quisiéramos volver a atrás pero es muy tarde. Esto ocurre, somos humanos. A veces nos vemos en la peligrosa situación de comenzar a no ver mas salida a nuestro problema o conflicto, como si entrásemos en un laberinto sin final. En esos momentos difíciles de la vida, puede ser un gran consuelo y ayuda el de encontrar un "Buen Samaritano" en nuestro camino. No alguien que nos eche "sal en las heridas" sino el aceite balsámico de la comprensión, consuelo alivio y apoyo emocional. Yo se que no es fácil encontrar "Buenos Samaritanos" y cada vez menos por el estilo de vida en el que somos trajinados hoy. Gracias a Dios en los momentos difíciles de mi vida, cuando muchos me despreciaron, reprocharon, criticaron, se alejaron de mi, encontré un "Buen Samaritano" que, como en el relato del Evangelio, jamás me preguntó si yo era culpable o no por mi estado, jamás me dijo una palabra de reproche o juicio, sino que me apoyó con aceptación, misericordia y de todo corazón con una sonrisa de esperanza futura. Además de todo esto, aprecié su fidelidad y postura reservada de no comentar con nadie lo que se habló entre nosotros. Una verdadera amistad, por ambas partes, es el tesoro más grande que se puede hallar en este mundo, pero no es nada fácil encontrar este "regalo" en la vida.

Pregunta:
¿Por qué piensas que no es fácil encontrar un "buen samaritano" o una fiel y verdadera amistad?

Conrado:
No es imposible pero tampoco es fácil. Yo creo que nuestra naturaleza imperfecta es el factor (quizás) principal que no siempre nos permite ser fieles y perfectos al máximo en las relaciones humanas y demás aspectos de la vida.

Pregunta:
¿Es esta la causa que nos lleva a confrontarnos con palabras como: desilusión, decepción y desengaño?

Conrado:
Creo que es importante poner en claro, que no solamente nosotros sufrimos decepciones de parte de los demás, sino que también nosotros, quizás de otra manera, decepcionamos o desilusionamos a las personas. Creo que la raíz del problema radica en que nosotros tenemos la tendencia de idealizar (ídolo) o endiosar (hacer dios) a ciertas personas bajo ciertas circunstancias en especial. Aunque el idealizar a una persona es un buen deseo, esta actitud nos lleva a perder de vista la realidad humana. Nosotros somos imperfectos y aunque hay personas muy fieles, responsables y otras que dejan mucho que desear, endiosar o idealizar desmedidamente a un ser humano puede ser la causa posterior de desilusiones, enfriamientos, enemistades, conflictos, odio, etc. En la medida que nosotros idealicemos a una persona, en la misma medida podremos sufrir emocionalmente si ésta nos decepciona.

Pregunta:
¿Qué solución tiene esta problemática?

Conrado:
Ser más realistas. Sin exagerar, pienso que deberíamos ser un poco más equilibrados y conscientes de la realidad humana. Pienso que nos falta la vivencia del perdón, de perdonar. Perdón es también restaurar y comprender (esto no significa "hacer la vista gorda" o apoyar los fallos-errores-traiciones o decir a todo amén). Comprensión de que somos así. Aceptación de que puede ocurrir que alguien nos falle o que nosotros fallemos a los demás. Ser más "humanos" con nuestros/as semejantes "humanos"... Quien ha llegado a captar en profundo esta realidad, sufrirá por supuesto por un desengaño o desilusión, pero reaccionará de una manera completamente diferente de aquel/lla persona que vive en la ilusión de la "inhumana" perfección. El relato del Evangelio del Buen Samaritano y otros como el del "Hijo Pródigo" o las famosas palabras de Jesús que dijo: "Quien de vosotros no tiene pecado que arroje la primera piedra....", están cargadas de sabiduría que apunta a esta realidad humana.

Pregunta:
¿Conclusión personal?

Conrado:
Mi deseo es que, aunque nunca podremos satisfacer a todas las personas, por lo menos intentar actuar siempre con la actitud del "Buen Samaritano". Este es mi deseo también para nuestro trabajo psicoterapéutico. Y para terminar, siguiendo el simbolismo verbal, espero que nuestra consulta o despacho pueda convertirse como en "el Mesón" de la parábola, donde muchas personas encuentren alivio, recuperación, nuevas motivaciones, estrategias, nuevas esperanzas y curación a sus "heridas".

Entrevista: Dr. Gleitsmann a Conrado Grandville